martes, 11 de febrero de 2014

La casa roja

La casa de Paco siempre había sido blanca, como las otras del pueblo. Sus paredes estaban encaladas de un blanco impoluto. Paco era conocido entre sus vecinos por ser una persona muy tímida e introvertida. Cuando se lo encontraban por la calle, éste agachaba la cabeza y se esfumaba en un santiamén. Un día ocurrió un hecho extraordinario: al amanecer, la casa de Paco apareció totalmente pintada de rojo. Los rumores y conjeturas se dispararon: ¿Acaso habrán sido unos gamberros? ¿Una maldición? ¿Tendrá su origen en un raro fenómeno de pigmentación de la Naturaleza? Nadie lo sabía a ciencia cierta. Tampoco nadie llegó a establecer una asociación con lo que ocurrió en vísperas de este extraño suceso, cuando una joven esbelta y maquillada, subida sobre unos vertiginosos tacones, llamó por error a la puerta de Paco. Como Paco era tímido y no conseguía articular palabra, fue su casa blanca la que se ruborizó por él.


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